
Autor Martin Cabañas
El pecado es el único pensamiento que hace que el objetivo de alcanzar a Dios parezca irrealizable. ¿Qué otra cosa podría impedirnos ver lo obvio, o hacer que lo que es extraño y distorsionado parezca más claro? ¿Qué otra cosa sino el pecado nos incita al ataque? ¿Qué otra cosa sino el pecado podría ser la fuente de la culpabilidad y exigir castigo y sufrimiento? ¿Y qué otra cosa sino el pecado podría ser la fuente del miedo, al eclipsar la creación de Dios y conferirle al amor los atributos del miedo y del ataque? Padre, hoy no quiero ser presa de la locura. No tendré miedo del amor ni buscaré refugio en su opuesto. pues el amor no puede tener opuestos. Tú eres la Fuente de todo lo que existe. Y todo lo que existe sigue estando Contigo, así como Tú con ello. tomado de un curso de milagros |
![]() Elijo pasar este día en perfecta paz. |
No me parece que hoy pueda elegir experimentar sino paz. Sin embargo, mi Dios me asegura que Su Hijo es como Él. Que pueda hoy tener fe en Aquel que afirma que soy el Hijo de Dios. Y que la paz que hoy elijo experimentar dé fe de la verdad de Sus Palabras. El Hijo de Dios no puede sino estar libre de preocupaciones y morar eternamente en la paz del Cielo. En Nombre Suyo, consagro este día a encontrar lo que la Voluntad de mi Padre ha dispuesto para mi, a aceptarlo como propio y a concedérselo a todos Sus Hijos, incluido yo. Así es como deseo pasar este día Contigo, Padre Mío. Tu Hijo no Te ha olvidado. La paz que le otorgaste sigue estando en su mente, y es ahí donde elijo pasar este día. |