sábado, 28 de febrero de 2009

LA LEYENDA

I






















Cuenta la leyenda que hace muchos siglos atrás, existio un hombre que junto con un pequeño ejercito, conbatieron en una gran batalla contra un gigantesco ejercito de invasores, en este territorio cubierto de grandes bosques y ríos majestuosos, este hombre era el príncipe Maya-Quiche Tecun Uman, quien gobernaba una civilización milenaria y pacifica, la cual había construido grandes ciudades, avanzaba a su propio ritmo , esta cultura no estaba en decadencia, como lo dicen los libros de historia, porque la historia es manipulada a su antojo y conveniencia por el que tiene el poder , esta civilización indígena, tenían sus problemas como cualquier otra civilización, iba paso a paso hacia su desarrollo, pero algo demasiado grande, poderoso, ambicioso se acercaba a pasos agigantados a destruirlos sin compasión los miraba como seres inferiores. Esa ambiciosa civilización, venidera de otro mundo, en naves gigantescas con armas escupe fuego, montados en descomunales bestias que los indígenas nunca habían visto.


II




















El príncipe Tecun tenia información sobre el mal que se acercaba como nube negra de malos augurios, mando a llamar a sus sacerdotes y a sus generales, en larga sesión discutieron, sobre la decisión a tomar para su defensa, El príncipe sabia lo que les había pasado a las tribus del norte, eran esclavos, tratados como animales de carga, llegaron a la conclusión los ahí reunidos que la única opción era la guerra, morir peleando antes de caer en la humillación de la esclavitud, ser esclavos en sus propias tierras de donde ellos habían surgido como el maíz, esclavos bajo su mismo cielo donde el Quetzal vuela libre, los invasores violarían a sus mujeres y su civilización milenaria destruida, así que todos estaban sabidos que si no lograban aniquilar al enemigo, morirían, ellos no eran guerreros pero tampoco eran cobardes tenían que luchar hasta la ultima gota de sangre, hasta la ultima consecuencia, el Príncipe Tecun organizo su ejercito de valientes, mujeres, niños, hombres de todas edades, todos querían participar, pero aun así se seleccionaron a los hombres aptos para el combate , no sobrepasaba los mil soldados.


III





















Una noche triste, antes de la gran batalla, las parejas de esposos se miraban, a la luz de la luna, no se lo decían, sabían que quizás era la ultima ves que se tocarían, guardaban la esperanza y por la esperanza iban a luchar, el príncipe Tecun beso a sus dos hijos en la frente, era por ellos, por su futuro, sentía un escalofrió que le recorría toda la piel, una sensación extraña y poderosa en la boca del estomago, era miedo, si, como humano tenia miedo, porque sabia que iban enfrentar a algo muy poderoso, algo que estaba mucho mas halla de sus fuerzas. Esa noche abrazo a su esposa, salió a la oscuridad y junto con las estrellas lloro, eran las lágrimas del príncipe Tecun, eran las lágrimas que purificaban su alma para la muerte. Tecun deseo que la noche fuera eterna y palpo con sus manos cada segundo, amaba la vida, pero no la quería como esclavo.


IV




















El día de la batalla se presentaba con un cielo mas azul que de costumbre, un silencio que lo invitaba a la paz, el viento fresco que les pegaba en el rostro, realmente era un día hermoso, un día especial para morir y matar, ubicados los dos ejércitos en el gran valle verde que atravesaba el gran rio, desproporcionados en número, uno de mil y el otro de treinta mil, uno armado de valor, amor a su tierra y libertad, el otro armado de mosquetones, espadas, lanzas de metal, codicia y depravación, era la eterna lucha del bien contra el mal, del que protegía sus bienes, a su familia contra el que el ladrón y asesino.

Con ese porte majestuoso, el príncipe tecun frente a su ejercito, ordeno la formación para la batalla, los mil hombres formando un cuadro gigantescos, donde podían repeler el ataque por cualquier dirección, sincronizados eran una perfecta maquina de matar, y así fue que ataco la primer oleada de indígenas esclavos que habían traído los invasores, empezando la maquina a demoler cuerpos humanos, la formación cuadrada se deslizaba de un lado a otro como gigantesca guillotina e iba mutilando a los pobres esclavos carne de cañón, desde la primer oleada de mas de tres mil esclavos, el campo verde con su rio se tiño de rojo por la sangre y cuerpos despedazados regados por doquier, el ejercito de Tecun seguía intacto, pero después de las cinco oleadas la roca empezó a erosionar , se fue reduciendo la formación del ejercito de el Príncipe Tecun.


V

















El príncipe y un puñado de hombres estaban completamente agotados, solo su voluntad, su estirpe de luchadores los hacia continuar en la batalla, fue cuando los cobardes invasores atacaron con la caballería encabezada con el líder de ellos, el príncipe tecun tomo una lanza de metal y se abalanzo hacia el enemigo, con una furia nacida de lo mas profundo de su alma, lanzándole la lanza con tal precisión que no podía fallar, con tal suerte que el caballo del líder de los invasores se levanta en dos patas y la lanza se entierra en el pecho del animal, cayendo el animal muerto no así el jinete pero mientras tanto los demás invasores ya tenían rodeado al príncipe, lanzándole las lanzas a nuestro héroe, quien murió atravesado por mas de diez de ellas y es así como simbólicamente muere el quetzal, porque murió la libertad, surgiendo la era de esclavitud de un pueblo, los conquistadores tomaron las tierras y a su población repartiéndosela para enriquecerse. Esta es la leyenda del que junto con su pueblo solo peleo por lo propio, por su gente, por su tierra, la historia de los invasores quiso borrar su nombre, pero yo creo en la leyenda del Príncipe Tecun Uman.

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