Tomaste la copa lentamente, observe tus labios rojos como la guinda de rojo vivo que se encuentra al borde de la copa, bajaste la copa, me pareció una eternidad, porque sabia lo que me dirías, sabia que el tiempo había terminado, que la vida es solo una fracción de tiempo, me observaste por un instante con tus ojos cafés claros, pintados de azul cielo, una lagrima de fantasía adorno tu mejía, me dijiste con vos suave como lo habías repasado en tu espejo de media luna , “ADIÓS, TODO FUE HERMOSO PERO TERMINO”, te levantaste con tu silueta perfecta, girando sobre los tacones altos de los zapatos de charol negro, caminaste a la salida sin voltear, te perdiste para siempre en la multitud de la gente, solo quedo en la copa la mancha de pintura roja de tus labios, la guinda y una tristeza que duro el tiempo de mi cigarrillo.
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