Cambiamos el insulto por una sonrisa, la droga por Dios, las armas por fe, la corrupción por el voto, la indiferencia por la palabra de bien, creo que tenemos toda esta mercadería para cambiarla por la soledad y la apatía de un pueblo que es pisoteado por los sectores poderos y llenos de ambición material. No somos nada más que los que portan un libro como defensa de las injusticias sociales, cambiamos los caminos pedregosos, lodosos de la demagogia en Guatemala, por los caminos de la buena administración que nos conducirán al desarrollo, Cambiamos nosotros primero, desde lo profundo de nuestro.
jueves, 29 de septiembre de 2011
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