La esposa le suplicaba que se levantara porque tenia que ir a trabajar, estaba borracho todavía de esas fiestas continuas que se daba con sus amigos de aquel barrio antiguo y abandonado de la ciudad de Guatemala, se despertó y la cabeza le daba vueltas y sintió la necesidad impetuosa de ir a vomitar como pidiendo su cuerpo desintoxicarse por medio de la expulsión de los acidos gástricos, el hombre por medio de su falta de moral le decía a su esposa que ya no lo volvería hacer (el tomar por supuesto) y que de ahora en adelante estaría sobrio para ir a trabajar, y claro ya no lo volvió hacer porque después de llegar varias veces tarde a su trabajo y ebrio, lo despidieron y con la poca indemnización económica que le dieron, se fue a emborrachar de nuevo y cumplió su palabra de alcohólico de “ no lo vuelvo hacer” naturalmente en su antiguo trabajo. Y la esposa con sus cuatro desnutridos y harapientos hijos esperaron a su padre alcohólico una la larga noche fría de noviembre. al día siguiente encontraron a un hombre muerto por hipotermia y ahogado con su propio vomito de ebrio, muerto como había vivido todos estos últimos años y ya no lo volvió hacer.
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